26 DE MAYO DEL 2010
Aun recuerdo cuando caminaba por calles silenciosas
en las q solo figuras grisaseas paseaban
fue entonces q tropece inevitablemente con ella
enbriagado de mi propio llanto
no pense dos veces su cobijo aceptar
ella tan libre y yo tan limitado
decidimos caminar juntos mientras durase la obscuridad
sin un dialogo mas convincent que el de ella, opte por callar
le entregue mis oidos, mis ojos, mi lengua, mis manos y pies
como un canto de sirena, fue introduciendose lenta y
dolorosamente, cual serpiente que tritura a sus presas
e hipnotizado por sus dulces y bellas incoherencias
pude ver que habia un gran pesar en sus ojos
habia en ella un no se que, un no se como
capaz de volver el aire en plomo, y hacer nudo sobre nudo en la garganta
con la habilidad de volver segundos en años, y al orden en kaos
y sin embargo no conocia de tiempos ni de espacios
no respetaba edades, numeros ni clases
su oficio era rescatar a hombres para luego hacerlos sufrir
hombres condenados a caminar junto con ella, señalados por hombrecillos de barro
los cuales ni le conocian, y uno q otro simplemente le temia
se dedicaba a robar sueños artificiales, asi pues robo los mios
en cambio, me ofrecio caminar en sus zapatos, no me ofrecio
la libertad, me ofrecio ser libre, pero antes de cumplir su promesa
me advirtio q talvez mi mirada no encontraria otras miradas libres
en cambio, me esperarian inumerables dias en soledad
y en mi desenfreno, decidi estrechar sus manos contra las mias
me acerco a su pecho y con suaves caricias me devolvio cada uno de mis sentidos
y fue entonces cuando por vez primera decidi ya no tenerlos
oh maldita seas, me obligo a no pensar que hay vuelta atras
oh maldita seas, no tengo ningun derecho a reclamarte
maldigo tu presencia como maldigo tu ausencia
mi bastarda, amante y eterna compañera
en las q solo figuras grisaseas paseaban
fue entonces q tropece inevitablemente con ella
enbriagado de mi propio llanto
no pense dos veces su cobijo aceptar
ella tan libre y yo tan limitado
decidimos caminar juntos mientras durase la obscuridad
sin un dialogo mas convincent que el de ella, opte por callar
le entregue mis oidos, mis ojos, mi lengua, mis manos y pies
como un canto de sirena, fue introduciendose lenta y
dolorosamente, cual serpiente que tritura a sus presas
e hipnotizado por sus dulces y bellas incoherencias
pude ver que habia un gran pesar en sus ojos
habia en ella un no se que, un no se como
capaz de volver el aire en plomo, y hacer nudo sobre nudo en la garganta
con la habilidad de volver segundos en años, y al orden en kaos
y sin embargo no conocia de tiempos ni de espacios
no respetaba edades, numeros ni clases
su oficio era rescatar a hombres para luego hacerlos sufrir
hombres condenados a caminar junto con ella, señalados por hombrecillos de barro
los cuales ni le conocian, y uno q otro simplemente le temia
se dedicaba a robar sueños artificiales, asi pues robo los mios
en cambio, me ofrecio caminar en sus zapatos, no me ofrecio
la libertad, me ofrecio ser libre, pero antes de cumplir su promesa
me advirtio q talvez mi mirada no encontraria otras miradas libres
en cambio, me esperarian inumerables dias en soledad
y en mi desenfreno, decidi estrechar sus manos contra las mias
me acerco a su pecho y con suaves caricias me devolvio cada uno de mis sentidos
y fue entonces cuando por vez primera decidi ya no tenerlos
oh maldita seas, me obligo a no pensar que hay vuelta atras
oh maldita seas, no tengo ningun derecho a reclamarte
maldigo tu presencia como maldigo tu ausencia
mi bastarda, amante y eterna compañera
Fausto Emiliano Aparicio
No hay comentarios:
Publicar un comentario