jueves, 30 de abril de 2009
.....The shock doctrine
Un complemento a la nota anterior,esta es la doctrina del shock,existen videos relacionados pero que hablan con relacion a lo que pasa en Mexico,este es solo la doctrina,chequenlo!
lunes, 27 de abril de 2009
Remembranzas de vida
La pubertad solo fue un destello de mi naturaleza animal, los arboles se fueron, o mas bien nos fuimos de ellos y yo era como un animalito chiquito y herido, no recuerdo muy bien por que, pero recuerdo que dolía demasiado; con las garras al aire, lista para atacar al siguiente que quisiera acercarse, era solo una creatura demasiado asustada por la capa oscura de la soledad, rodeada de la ignorancia sobre lo que era un buen amigo, me vi en la necesidad de prueba y error, ¡ah como se sufre!, pero las amistades que al final te quieren con tus defectos y saben tus virtudes mejor que tú, son las que mas perduran.
La soledad destapo algo, que de la preparatoria en adelante…
Sobreviviendo a la secundaria por excelencia solo para “señoritas” encontré un mundo de hombres a mí alrededor, y tenía que aprender a vivir con ellos… y de ahí al resto de mi vida, pero también conocí ahí al amor de mi vida, elegante, seductora, viva en lo que yo no era viva… mi amada poesía, cierto que desde en la secundaria escribía una especie de diario, ahí ahogaba mis penas, menuda costumbre que hasta la fecha no termina, pero mis adentros a la poesía fueron en la preparatoria, fueron la libertad, y esa ya no tan vacua existencia mía, ya había por quien vivir, ya había un motivo insignificante por el cual valía la pena cada sufrir… (Si sufrir es sentir, entonces la poesía no puede morir) Todo hasta la fecha es mi fuente de inspiración, el dolor más profundo, la alegría mas sublime, la noche, los árboles, mi cumpleaños, los coros, los amigos, los no amigos, los labios, los amores platónicos, los Beni, los Roberto, las ensenadas, los Oswaldo.
Tú y yo tenemos larga vida, te estudio, me enseñas; mi carrera, es lo mas preciado de mi vida en muchas maneras, aunque admito que la dejaría por un sueño llamado Nicolas, pero eso es el amor también, renuncia, pasión, dolor, excitación, mézclalo todo y obtendrás amor. Las amo letras.
Terminaré como termino cada día de mi diario.
martes, 21 de abril de 2009
Bautizame..
Debido a la constante inovacion de este su espacio,el dia de hoy los adoberos queremos interactuar con nuestros lectores,asi de que decidimos tomar esta imagen al azar,y pedir que le pongas un nombre,crear un pequeño cuento de la imagen,relatar una historia, el mejor titulo,sera el ganador y asi sera bautizada dicha imagen.Su participacion sera por medio del apartado "comentarios" ahi relaten la historia,cuento y titulo de dicha imagen....
suerte a todos los participantes,esperamos su imaginacion!!
atte: Los de la barda de adobe.
lunes, 20 de abril de 2009
Reflexión Mexica
este video recuerdo que alguna vez me lo mandarón por un correo el mismo que reenvie y de aquellos días apenas ayer me lo volví a topar, y pues, con todo el tiempo que ha pasado de igual forma sigue quedando para estas épocas quizas solo actualicen ustedes lo de Hugo Sánchez. pues se los comparto adoberos queridos y público adobero que se da sus repasones por la página.
jueves, 16 de abril de 2009
Carta
Recuerdo cuando eras una galletita abandonada en el jarrón, esa que todos dejan para no decir que se acabaron las demás, lo cierto es ahora, que eres más que una galletita, eres como una inmensa hogaza de pan seco, la cual todo mundo necesita ayuda de algo para pasarlo, de otra forma te atoras en la garganta y no se puede respirar, la desesperación le corroe a uno hasta que finalmente te medio pasas solo un pedazo del seco pan; claro eso no te quitan las propiedades justas de un pan, eres dulce y provocas una sensación de antojo tremenda, pero una vez que la leche sabe a sangre de sus propias heridas, no se puede tragar mas, entonces ahora sí, me remito a este punto: lo siento pero mi garganta no puede sangrarte mas.
No es que seas tan seco y difícil de tragar, solo mi garganta necesita tiempo para sanar, para regresar mas fuerte y mas húmeda, poder comerte mas agusto, para no pensar en que algún día serás pastel y que no me lastimaras y que tu betún será el que sane mis cicatrices, pero la cicatrices ya no sanan, ayer en la noche me di cuenta de eso. Pero no te preocupes como ya te dije, volveré, solo espero que tu seas paciente y no te hagas duro y mas seco, pues de verdad me gusta engullirte, y al contrario yo espero que seas, no pastel, pero si un poquito mas suavecito, te extrañaré, lo sabes pancito, y sabes que también siento no estar ahí, cuando los que no te pueden tragar, te escupan, pero se que estarás bien, lo estuviste antes que llegara. Cuídate mucho. Hasta la renovación de mi garganta.
Te quiero.
¡No al maíz transgénico!
Esta es la pagina:
http://endefensadelmaiz.org/No-al-maiz-transgenico.html
Ánimo mis adoberos firmenle, quizas ya hemos comido maíz transgenico, quizas lo vamos a comer yo espero que no por que me gustan un chingo las tortillas (hechas a mano ufff!) y el elote, entre otras cosas por favor solo es una firmita no se piden casi datos mas que tu nombre o tu pseudonimo y pues duro y directo y que la unión haga la fuerza!
"Panico en Tenacatita"
Esa fue la voz de aquel soldado mal encarado, mientras 2 mas inspeccionaban el auto.
Eran casi las cuatro de la tarde cuando aquel reten a pocos kilómetros de la playa nos detuvo, yo y mis 4 amigos habíamos pasado toda una odisea en aquel día pero faltaba más.
-haber todos a este lado, mis compañeros están por terminar el registro de su auto, después podrán partir.-
Nos mirábamos unos a otros sorprendidos, pero con la pesadez en los rostros de tantas horas de viaje, teníamos cerca de 8 horas viajando y parecía que no llegaríamos jamás, la carretera era ya lo que se acostumbraba mi mirada, la cual en ese momento de desazón estaba perdida, cuando vino aquella acusación:
-Mi comandante mire lo que encontramos! .- exclamo con una voz burlesca aquel que revisaba el carro. Se acerco el comandante y tomo aquella bolsa.
-Ah mira nada más! Con que les gusta desvariar a los muchachitos!.-,
Después de aquellas palabras nuestro rostro cambio por el de asombro y volvimos a mirarnos unos con otros.
-que tienen que decir a esto jóvenes- nos dijo el comandante mientras levantaba aquella bolsa repleta de paquetes que contenían galletas.
-pues no mucho, nos encanta comerlas, nos gusta proporcionar placer al paladar es todo señor-
-ahora cínico resulto ser el muchacho-
después de estas palabras vino un empujon hacia el auto, y con una actitud prepotente y bastante agresiva volteo conmigo precisamente.
-Haber mi cabron quien fue el que les proporciono el botín, porque tuvimos el pitazo, y sabíamos que pasarían por aquí, si que son pendejos jóvenes, los vieron comiendo algunas mientras cargaban gasolina-
Con un dejo de temor, me propuse a decirle,
-pues no tiene nada de malo comer una galleta mientras cargas gasolina, o haces cualquier actividad, solo eran galletas, nada más-
-ahuevo pendejo, si las estoy viendo, esparcidas en el auto, crees que soy estúpido o ciego??,parece que no han entendido, quiero que me digan quien les vendió dichas galletas, y si no quieren hablar por las buenas lo harán por las malas cabrones-
El pánico y el desconcierto nos invadieron en aquel momento,
-pues fue en una tienda señor, pero aun no veo cual es el problema, porque se nos detiene por llevar algunos paquetes con galletas-
-Ah no le ve el problema, mira que mente tan retorcida tiene joven, seguramente asi la tiene después de comer tantas de estas con chispas de chocolate o peor aun se mete bombones seguramente-
tras esas palabras un duro golpe en el rostro fue el que sufrió mi compañero en ese momento, y prosiguió con su discurso,
-pero a mi no me importa lo que se metan o con lo que destruyan sus vidas parasitos, yo quiero información, datos-
en ese momento uno de los soldados se acerco con un paquete mas,
-mire comandante tienen unas de las verdes, estas ya son ligas mayores-
-pero si son piruetas!, que tiene de especial, son mis favoritas- comento uno de mis amigos ya con el rostro desencajado y con lagrimas inundando sus ojos.
-pues que contienen una alta dosis de azucares, nada mas eso pendejito, por eso las carreteras con tanto peligro, un grupo de jóvenes repletos de galletas y con este tipo-
-mis cabrones valientes, pasaran mucho tiempo encerraditos, y mas aun si se niegan a hablar, el que tengan este tipo de galleta nos hace pensar que tienen vínculos poderosos-
Acto seguido nos fueron esposando uno a uno, todos con un desconcierto tremendo , con la confusión fluyendo en aquel escenario,
-señor aquí se comete un error, nosotros solo queremos llegar a la playa, a vacacionar, somos un grupo de estudiantes, no traemos alcohol mucho menos drogas, en que nos hemos equivocado, no pensamos que por comprar galletas pasaría esto-
-jajaja no son alcohólicos ni drogadictos pero se meten estas chingaderas, no pues que sanos, tienen años prohibidas estas mamadas y ustedes volviéndose locos con ellas ya no diga nada joven, serán procesados, y el auto enviado como evidencia-
-ya hablaran putos, tenemos buenos métodos para ello-
-y ahora caminen y suban uno a uno a esa patrulla-
-muevete cabron!-
golpes y patadas a cada uno hasta llegar a la patrulla.
-wey que le voy a decir a mis padres ,no mames, solo venia a divertirme y ve ahora estoy preso, no chingues, algo sabia de que te podían llevar preso por traficar con armas, o con órganos pero no con galletas!-
-no mames, por eso mismo no tomo, que vamos a hacer??-
-David que vamos a hacer??- y con la voz quebrada y lagrimas en los ojos, grite
-No se cabrones, no se, no se, no se!!!-………….
-wey despierta, no mames tranquilo- me dijo mi buen amigo beniel, yo voltie y con un asombro bárbaro le dije:
-y los soldados,? Y las galletas?-
-estabas soñando, no hay ningún soldado wey, galletas muchas pero no mames que pedo cabron estas frio, tuviste una pesadilla?, me imagino que por el calor y tantas horas de viaje, pero pues ya hemos llegado a la playa, solo que no te quisimos despertar, baja vamos a jugar fut-bol-
-jajajaja esta bien, que alivio viejo-
Salimos corriendo hacia el mar, mientras me cuestionaba:
-y que soñaste?-
-puras chaquetas mentales hermano, chaquetas mentales-
-jajaja luego me cuentas wey porque se ve que estuvieron buenas, ahora hay que disfrutar la playita-
-me parece perfecto, vamos con la palomilla-
Acto seguido, el grupo de jóvenes se dispuso a disfrutar de sus vacaciones, fueron 3 días perfectos, con mucho que contar, pero esa es otra historia………
David Skalari
miércoles, 15 de abril de 2009
La tumba india
-De modo que para eso acudiste a la cita, para decirme que por fin te casas con él.
-Sí. Lo siento.
-No lo sientas. En realidad, no hay nada que sentir, nada que lamentar. Todo está bien. ¿Y cuándo te casas?
-A comienzos de julio.
-Perfectamente. Que sean muy felices. Creo que harás una magnífica ama de casa.
-Por Dios, no son de tu estilo esos sarcasmos.
-Si crees que a esto se le puede llamar sarcasmo, estás muy equivocada. Puro y simple rencor, puras y simples ganas de mandarte a la chingada, ¿qué te parece?
-Que no lo tomas con mucha elegancia que digamos.
-¿Y qué me dices de la elegancia con que vienes aquí, después de llevar yo una hora esperándote, y me dices así, tranquilamente, que es la última vez que nos vemos? ¿Qué me dices de eso?
-Pensé que no te tomaría de sorpresa. Ya habíamos hablado de ello. En realidad, desde que iniciamos nuestra relación estaba claro que seríamos libres y que no habría ningún sentimentalismo entre nosotros. Tú estuviste de acuerdo.
-Sí, es verdad, no me toma de sorpresa. Y confieso que estuve de acuerdo. Pero creí que habías olvidado ya el pacto. Creí que sería tan hombre, que serías tan mujer y que habría tanto amor entre nosotros, que el pacto quedaría olvidado.
-Sabes que te quiero. No soy una ramera. Imposible haber tenido una relación así contigo y no quererte. Pero…
-Pero no me amas, eso es todo.
-No sé si te amo. Sé que te quiero. Y que agradezco profundamente haberte conocido.
-No es nada, el agradecido soy yo.
-Por Dios, no hables así.
-¿Y como no he de estar agradecido? Imagínate, haber podido acostarme contigo, haber tenido el honor de que tú te permitieras gozar conmigo. Mucho más de lo que podía soñar, ¿no es cierto?
- Hablas como un prefecto cínico.
- Hablo como un perfecto cínico. Exacto. Como un perfecto cínico. ¿Y tú? ¿Y tú, querida? ¿No hablas como una prefecta cínica? ¿No mes cinismo eso de “no mezclaremos el amor en nuestras relaciones”? ¿No es cinismo acostarse con un hombre y no amarlo?
- Estás haciendo todo esto muy desagradable.
- ¿Cómo dices? ¿Muy desagradable? O sea: que no lo tomo con elegancia, ¿verdad?
- Oh, por favor, querido. Tú sabías que no iba a durar, que eso no dura, que lo mejor es vivir ese maravillosos instante no intentar desesperadamente alargarlo toda la vida.
- Sigue, sigue hablando.
- ¿Crees que no voy a recordarte? Claro que voy a recordarte. Y a desearte. Pero ¿no es mejor quedar con el recuerdo que llegar a cansarse uno de otro, llegar a conocerse tanto que ya no hay misterio ni nada?
- Hablas muy bien, amor mío, sigue, sigue hablando, me encanta oírte.
- Oh, ya sé, ya sé que tienes razón y que merezco tus reproches y tus injurias, merezco que me mates, pero... trata de comprender... trata de...
- Habla, ¿por qué callas?
- No sé, yo quería tanto que nos separáramos como amigos.
- ¡Ja!
- Si al menos no me guardaras rencor, si no me odiaras.
-¿Rencor? ¿Odio? ¿De qué hablas? Todo esto son tonterías, amor mío, Ven. Vamos. Vamos al departamento y olvidemos estas tonterías. Te amo y te deseo. Y luego me dirás si aún quieres casarte con ese animal. Ven, vamos al departamento. Vamos.
- No querido, sabes que no iré. No terminemos mal esto.
- Sí, sé que no iras. No irás. Por que esta vez sería por amor, y no hay que mezclar en esto eso que llaman amor, ¿verdad? Pero no puedo prometerte que no te guardaré rencor, que no voy a odiarte. Porque quiero odiarte. Eso será lo que me quede de ti. Tu odiado nombre, tu odiado rostro, tus odiados labios. Y vete mucho al demonio puta.
Hubo un pequeño silencio entre ellos, y luego ella se levantó y se fue, él se quedó oyendo el jazz estúpido y diciendo puta por lo bajo, hasta que la palabra perdió todo sentido.
Había una vez un maharajá en Eschnapur que amaba con locura a una bailarina del templo y tenía un amigo llegado de lejanas tierras, pero la bailarina y el extranjero se amaban y huyeron, y el corazón del maharajá albergó tanto odio como había albergado amor, y entonces persiguió a los amantes por selvas y desiertos, los acosó de sed, los hizo adentrarse en el reino de las víboras venenosas, de los tigres sanguinarios, de las mortíferas arañas, y en el fondo de su dolorido corazón el maharajá juró matarlos, porque ellos habían traicionado dos veces, en su amor y en su amistad, y por ello mandó llamar al constructor y le dijo que debía erigir en el más bellos lugar de Eschnapur una tumba grande y fastuosa para la mujer que él había amado...
Vio su propio rostro en las losetas negras de la pared, un rostro oscurecido y borroso, irreal como una imagen cinematográfica mal proyectada, y luego el rostro de ella, tan oscurecido, borroso e irreal, y se dijo todo esto es una historia de fantasmas, una historia de amor y separación entre fantasmas, y miró un momento en torno y distinguió las otras mesas, los rostros de hombres y mujeres suavemente iluminados por las lámparas , hablando en murmullo, oyendo distraídos la dulzona caricatura de jazz que el pianista extraía del piano, y después miró el rostro de ella, no el irreal reflejo en las losetas negras, sino el pálido y bello rostro real de ojos verdes, frente alta y abombada y cabello peinado en corto, cuyos mechones castaños rodeaban la frente y los ojos, y el fino vello sobre los labios humedecidos por el minyulep. Voy a darle una bofetada, pensó.
-De modo que para eso acudiste a la cita, como venías antes, como viniste la segunda vez que nos vimos: traías el traje sastre y el cabello rociado de pequeñas gotas titilantes, y frías las manos, y tomaste un minyulep que yo te sugerí, y hablamos de tonterías hasta que de pronto me dijiste que querías conocer mi departamento y que así añorarías tus días de estudiante, para decirme que por fin te casas con él, con el idota ese que no tardará en ser el mejor médico de la ciudad, porque, como él nos decía, “el consultorio hace al médico”, y su papi va a ponerle el mejor consultorio de la ciudad.
-Sí. – dijo ella-. Lo siento.
-lo siente, maldita puta. No lo sientas. En realidad, ¿en cuál realidad, en la de esos rostros fantasmales y borrosos que gesticulan en esas losetas oscuras, recordando que fueron nosotros?, no hay nada que sentir, nada que lamentar, salvo lo ya perdido: las tardes caminadas por el Paseo de la Reforma, el ocaso desde el alto edificio de la Latinoamericana y la ciudad vasta y minúscula a nuestros pies, y los juegos en el lecho, y el sabor de tu vientre en mi lengua, y las citas en el pequeño café estilo suizo donde comías aquellos pasteles cuyo hojaldre deliciosamente crujía en tus dientes, y la insistencia del piano y el contrabajo y los tambores en los discos Brubeck, y tu manera de acariciarme la espalda casi rasguñándome cuando llegabas al placer. Todo está bien. ¿Y cuándo te casas? ¿Cuándo te tiendes boca arriba y le abres los muslos, puta?
-A comienzos de julio – dijo ella.
-Perfectamente, perfectamente perfectamente perfectamente. Que sean muy felices. Creo que harás una magnífica ama de casa, una especie de barredora eléctrica o lavadora automática dotada de sexo, lista y eficiente para barrer, lavar y fornicar en cuanto el amor oprima el botón, aunque por supuesto, como eres una señora, o vas a serlo, delegarás en un simple ser humano las dos primeras funciones para limitarte en la tercera, que es muy de señora, y de puta, y de perra.
-Por Dios, no son de tu estilo esos sarcasmos – dijo ella.
-Si crees que a esto se le puede llamar sarcasmo, estás muy equivocada. Puro y simple rencor, puras y simples ganas de mandarte a la chingada, pero decirte ven conmigo, ven, vamos al departamento, pondré el disco de Brubeck que te gusta y lo oiremos mientras te desnudo dulcemente, y besaré tus senos y seré más impetuoso y tierno y salvaje y delicado que nunca en el acto de amor, ¿qué te parece?
- Que no lo tomas con mucha elegancia que digamos – dijo ella.
- ¿Y que me dices de la elegancia con que me has envenenado, víbora, viborita fatal moviendo el culo como un cascabel? ¿Y qué me dices de la elegancia con que vienes aquí, después de llevar yo una hora esperándote, y me dices así, tranquilamente, que es la última vez que nos vemos? ¿Qué me dices de eso? Dime, arrastrad, perra vendida al mejor postor.
-Pensé que no te tomaría de sorpresa – dijo ella. Ya habíamos hablado de ello. En realidad, desde que iniciamos nuestra relación estaba claro que seríamos libres y que no habría ningún sentimentalismo entre nosotros. Tú estuviste de acuerdo.
-Sí, es verdad, no me toma de sorpresa. Fue esa segunda vez que nos vimos, y tú estabas vistiéndote, estirando cuidadosamente la media sobre una pierna y sacando la lengua entre los labios, con esa repentina indiferencia hacia todo que no sea presente que hay en la mujer poco después de haberse entregado, como si con ello recuperase un tiempo propio y nada más que suyo, y me dijiste: “esto tiene que ser así siempre, una relación entre dos que se gustan y se entienden sexualmente, no hay que mezclar en esto eso que llaman amor”. Y confieso que estuve de acuerdo, que te dije viéndote desde la cama donde yacía, perfectamente”, y sin saber por qué eché a reír y tú también reíste, y de repente te echaste sobre mí y empezaste a hacerme cosquillas y caricias luego, de modo que tuvimos que empezar de nuevo a pesar de que yo estaba un poco cansado, pero creí que habías olvidado ya el pacto. Creí que sería tan hombre, que serías tan mujer y que habría tanto amor entre nosotros, que el pacto quedaría olvidado.
-Sabes que te quiero – dijo ella, mirándolo con una tierna sonrisa, como a un niño - . No soy una ramera. Imposible haber tenido una relación así contigo y no quererte. Pero…
-Pero no me amas, eso es todo. ¿Y cómo te atreves a decirlo, cómo te atreves, cómo te atreves si nos hemos acostado juntos, si conozco cada curva, cada rincón y cada lunar de tu cuerpo, si conozco tu piel, tu calor, tu sabor, tu aroma, si he visto la frialdad fundirse en tus ojos verdes, si te he oído pedir más, gimiendo de placer, si conoces mi cuerpo y lo has besado sin pudores, si conoces el sabor de mi lengua, si me has dicho durante el acto que la gloria sería morir así, cómo te atreves, di, cómo te atreves a decir que todo ese placer será entregado al olvido, que todo ese placer fue sin amor?
-No sé si te amo – dijo ella-. Sé que te quiero. Y que agradezco profundamente haberte conocido.
- Ten cuidado con eso que dices, maldita puta víbora venenosa, ten cuidado con eso que dices, porque ardo en deseos de abofetearte. No es nada, el agradecido soy yo.
-Por Dios – dijo ella-, no hables así.
-¿Y como no he de estar agradecido? Imagínate, haber podido acostarme contigo, un futuro medicucho como yo, alguien que probablemente seguirá el camino del fracaso, a menos de que me saque la lotería o consiga una viuda millonaria, cosas para las cuales no tengo suerte o estoy dotado, un joven que tiene lo más que puede tener y que no tiene nada, porque esa riqueza que es juventud se pierde día con día, y por tanto habría que gozarla día con día, alegre, frenéticamente, para sólo dejarle a la muerte un cuerpo enteramente gastado, vacío, sin una gota de vida por vivir, pero el placer es sólo un instante, poco más que un abrir y cerrar de ojos, que un fuerte latido, y el amor está solitario, aullando en el vacío, mientras las mujeres de la tierra, pasan a nuestro lado, se quedan unas noches con nosotros y luego parten para convertirse en recuerdo, para olvidarnos, para hacerse eternamente ajenas, haber tenido el honor de que tú te permitieras gozar y bien gozaste conmigo. Mucho más de lo que podía soñar, ¿no es cierto?
- Hablas como un prefecto cínico – dijo ella.
- Hablo como un perfecto cínico. Exacto. Como un perfecto cínico. ¿Y tú? ¿Y tú, querida? ¿No hablas como una prefecta cínica, como una perfecta puta cínica? ¿No mes cinismo eso de “no mezclaremos el amor en nuestras relaciones”? ¿No es cinismo acostarse con un hombre y no amarlo? ¿No es cinismo acostarse con un hombre, abrirle las piernas, dejarlo penetrar en tu cuerpo y no ponerlo como un sello sobre el corazón, como una marca sobre tu brazo?
- Estás haciendo todo esto muy desagradable – dijo ella.
- ¿Cómo dices? ¿Muy desagradable? O sea: que no lo tomo con elegancia, ¿verdad?
- Oh, por favor, querido – dijo ella. Tú sabías que no iba a durar, que eso no dura, que lo mejor es vivir ese maravillosos instante no intentar desesperadamente alargarlo toda la vida.
- Sigue, sigue hablando, pero cállate, maldita puta de muslos abiertos, cállate y mira que muero de sed junto a la fuente, mira que muero de sed y la serpiente del olvido anida en mi corazón, se retuerce, muerde y devora muerde y devora mi corazón.
- ¿Crees que no voy a recordarte? – dijo ella -. Claro que voy a recordarte. Y a desearte. Pero ¿no es mejor quedar con el recuerdo que llegar a cansarse uno de otro, llegar a conocerse tanto que ya no hay misterio ni nada?
- Hablas muy bien, amor mío, sigue, sigue hablando y di todo eso del recuerdo, dilo, como si yo no supiera que la mente recuerda pero la carne olvida, di que vas a preferir un cuerpo recordado, un cuerpo oscurecido y borroso, cada vez más humano, cada vez más ada en tus manos, a mi cuerpo real, tangible, carnal, hecho para que lo toquen tus dedos, tus labios, tu lengua, anda, di, dile a mi pobre cuerpo desesperado, a mi loco sexo disparado hacia a ti, que ya nunca tendrán tu cuerpo y tu sexo, diles que vana buscar inútilmente, que van a buscar con el grito feroz del que muere porque lo ha mordido la serpiente que anidaba en su corazón, que mis dedos van a rozar sólo el recuerdo de tu cuerpo, sólo el recuerdo, que es el primer tiempo del olvido, nada más que un fantasma oscurecido y borroso, cada vez más humano, cada vez más nada, sigue habando, miente que la carne recuerda lo que la muerte no olvida, sigue hablando, me encanta oírte.
- Oh – dijo ella-, ya sé, ya sé que tienes razón y que merezco tus reproches y tus injurias, merezco que me mates, pero... trata de comprender... trata de...
- tú lo has dicho, mereces que te mate, y eso es lo que voy a hacer, amor mío, putita mía, viborita venenosa, eso es lo que voy a hacer, lo que hago, lo que estoy haciendo: matarte, matarte lentamente, con estas manos, estas manos, las mismas del amor, míralas curvar poco a poco los dedos avanzar hacia tu garganta, crispadas como garras, siéntelas acariciar primero y desgarrar después, siente el loco saltar y tamborilear de esa vena tuya, mira brotar la sangre, asume tu muerte, amor, esta dulce cruel muerte que te doy con toda mi dulzura toda mi crueldad. Habla, ¿por qué callas?
- No sé – dijo ella-, yo quería tanto que nos separáramos como amigos.
- ¡Ja! O quizá sea mejor, amada putilla mía, matarte con el puñal, desnudarte y meter el puñal en tu sexo clavándolo bien hondo y luego dar un tirón hacia arriba desgarrándote abriéndote el canal de modo que se vean al aire tus vísceras palpitantes y tus venas y tus huesos y quede apaciguada la serpiente que muerde mi corazón, que muerde y devora mi corazón.
- Si a l menos no me guardaras rencor, si no me odiaras – dijo ella..
-¿Rencor? ¿Odio? Hay tres cosas en mi corazón: todas las cobras amarillas de Birmania, todos los hongos mortíferos de Bengala, todas las flores venenosas del Nepal. ¿De qué hablas? Todo esto son tonterías, amor mío, Ven. Vamos. Vamos al departamento y olvidemos estas tonterías. Te amo y te deseo. Y luego me dirás si aún quieres casarte con ese animal. Ven, vamos al departamento. Vamos.
- No querido – dijo ella, sabes que no iré. No terminemos mal esto.
- Sí, sé que no iras. No irás, no irás no irás no irás. Por que esta vez sería por amor, y no hay que mezclar en esto eso que llaman amor, ¿verdad? Te pierdo, la carne te pierde y te olvida, empieza a no ser más que recuerdo, y giro en la oscuridad para abrazarte y mis dedos se hunden en humo, en nada, en recuerdo, mientras la carne olvida inexorablemente olvida. Pero no puedo prometerte que no te guardaré rencor, que no voy a odiarte. Porque quiero odiarte. Eso será lo que me quede de ti, el odio que te recordará viva, de carne y no de humo. Tu odiado nombre, tu odiado rostro, tus odiados labios. Las muchas aguas no podrán apagar el rencor ni lo ahogarán los ríos. Y vete mucho al demonio, puta, pero quédate, pero vete, pero quédate.
Y cuando ella se fue, después del silencio que hubo entre ellos, silencio que inútilmente trató de llenar la música del piano, él se quedó llamándola puta por lo bajo, sintiendo que la palabra iba perdiendo todo sentido.
Y entonces el constructor dijo: “Señor, siento que la mujer que amáis haya muerto”, pero el maharajá preguntó: ¿Quién dice que ha muerto? ¿Quién dice que la amo?”, y el constructor se turbó y dijo: “Señor, creí que la tumba sería un monumento a un gran amor”, y entonces le contestó el maharajá: “No te equivocas: la tumba la construye ahora mi odio. Pero cuando pasen muchos años, tantos años que esta historia será olvidada, y mi nombre, y el de ella, la tumba quedará sólo como un monumento que un hombre mandó construir en memoria de un gran amor”.
José De La Colina
sábado, 11 de abril de 2009
Noche materna
percatan la silueta de mi mano.
Hoy la noche se me presenta materna,
tranquila, cariñosa, sincera,
y reconforta tibia.
Mi ser toma forma de feto,
se acurruca entre mis hermanos los árboles,
y se amamanta de cuerpos celestes.
Acaricio a un viento sutil,
mis ojos se llenan de dicha
entre siluetas oscuras.
Es así como nací, de la noche,
unida a mi madre,
la que cobija mi sueño,
mi existir.
Como yo nadie la ama,
como yo nadie la espera.
Cuando soy mala, ¡pesadillas!
me castiga, pero buena madre…
siempre perdonas mis defectos,
como yo el que amanezca.
martes, 7 de abril de 2009
Esta noche entre nosotros
yo no seré yo
y vos no serás mas vos
por que lo normal es
tenernos lejos entre los dos
que una distancia maligna nos condene por dos
que solo compartamos la noche, el día y el corazón.
Por que esta noche te tengo entre mis brazos
esta noche no quiero ser yo
por que ser yo es tenerte lejos tenerme solo
esta noche yo no soy yo pues mi piel roza tu piel
esta noche estoy fuera de mis casillas por que no quiero una vida normal ni cuerda
por que estas conmigo solo quiero tu compañia
quiero sentir que me sientes y sentirte sentirme
no quiero poder ver nada mas.
más que los horizontes de tu cuerpo y tus delgados cabellos
esta noche me pierdo pues no soy mas yo, pero soy mas yo que nuca
mañana en el día no sere ese que el sol hace que se le quemen los pomulos
no seré ese que ve la gente pasar, ni ese que espera que la gente no lo vea
hoy te presumo y asumo que quiero verte y verme
y así seguir hasta siempre o en la infinidad de un segundo
o hasta que la distancia se imponga y se componga
esta noche entre nososotros
y volver a ser los mismos tristes y solitarios compañeros de corazón
y continuar esperando el siguiente momento de sin razón.